Errores médicos de diagnóstico

Al médico no se le puede exigir que acierte en todos sus actos, dada la aleatoriedad de la ciencia médica, pero sí se le debe pedir que agote su diligencia en el estudio de la enfermedad, realizando cuantas pruebas, exploraciones y exámenes sean acordes con el estado de la medicina en ese momento.

Se ha calculado en diversos estudios retrospectivos que los errores de diagnóstico contribuyen al 10 % de las muertes como mínimo; de ahí la trascendencia de reducirlos.

Tal como ha declarado nuestro Tribunal Supremo, la actividad diagnóstica comporta riesgos de error que pueden mantenerse en ciertos casos dentro de los límites de lo tolerable. Existe, sin embargo, responsabilidad si para la emisión del diagnóstico el médico no se ha servido en el momento oportuno, siendo posible, de todos los medios que suelen ser utilizados en la práctica profesional, bien por negligencia o por impericia.

Por consiguiente, si bien no se impone al médico la infalibilidad, tampoco cabe permitirle un diagnóstico a la ligera, con negligencia por no obtener todos los datos necesarios o simplemente útiles para diagnosticar la enfermedad, o sin acudir a los procedimientos de control y de investigación recomendados por la ciencia, cuyo desconocimiento constituye una falta que el médico no puede cometer y de la que deberá responder en su caso.

Julio César Galán Cortés

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